jueves, 27 de enero de 2011

Reflexiones del barón

Quisiera dejarme llevar por la inercia y no puedo. Quisiera abandonarme a la apatía y dejar que los días transcurran sin alterar ese aburrimiento que causa la desilusión y la certeza de que nada cambia y todo permanece inmutable cuando no va para peor, puesto que ya hemos de admitir que el mundo se mueve para mal en lugar de procurar ir a mejor. Y tampoco soy capaz de abstraerme lo suficiente como para olvidarme que aún respiro y, por tanto, sufro y padezco cuando miro o leo lo que nunca debió suceder sobre la faz de la tierra. Nada se arregla y los conflictos se complican cada vez más. Y la sociedad de los hombres acrecienta el abismo que separa unos de otros. Y si lo piensas, parece tan fácil llevarse bien con todo bicho viviente que lo absurdamente artificioso es esa lucha encarnizada por aplastar y joder al vecino y sacarle las entrañas por el puro domino sobre el resto y apoderarse de los miserables cuartos que consigas atesorar en algún banco, ya sea a la vista o en uno de los llamados paraísos fiscales. Y les llaman paraísos como también denominan las religiones a esos prometidos lugares de ultratumba donde dicen que sólo van los buenos. Y yo dudo que si existen realmente y alguien va a ellos, esos de buenos tienen poco. O al menos simplemente son regulares y los mejores se quedan sin nada, como ocurre antes de irse a ese otro mundo. Se ve que para ir a cualquier paraíso o cielo hay que tener pasta. Y no sólo fungible para comprar el billete y pagar el alojamiento, sino también un modo de ser y pensar particular que no desentone con el de los otros afortunados huéspedes de ese hotel de gran lujo. Quisiera no pensar, pero no puedo. Quizás sea un vicio acrecentado con el tiempo, pero lo cierto es que cavilo y medito y saco conclusiones y eso produce a veces mal estar y hasta dolor y no sólo de estómago. Mas, cómo a mis años voy a dejar de creer en todo lo bueno que puede quedar en el ser humano y tener que concluir que no merece la pena esperar y mantener la ilusión de que amanecerá un día mejor sin opresión, ni abusos, ni fuerza mal ejercida. Si llego a ese punto de hastío será preferible estar ya dormido para siempre y no despertar en ningún otro mundo ni mejor ni peor que este en que estamos ahora  

2 comentarios:

  1. La vida es tan dura a veces q nos parece todo negro pero no pensemos en el mundo global sino en lo q nos rodea, las cosas bellas q podemos disfrutar, la naturaleza q nos brinda su amor, los amigos q nos hacen reir, el amante q nos eriza la piel y asi intentemos vivir el dia a dia con una sonrisa aunq el gran mundo nos parezca una mierda.
    Conozco el sentimiento y hasta he decidido no tener hijos por esa razon, para q no sufran este mundo retorcido en el q vivimos pero en la vida diaria intento ver lo bueno de cada uno mas alla de sus defectos.
    Besos y arriba ese animo.
    Eli

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  2. El ánimo está arriba pero la realidad es bastante chumba para casi todos. Y no lo digo por mí, que ya lo tengo todo casi hecho, sino por tantos que vienen detrás y le toca lidiar este morlaco que fuimos creando poco a poco. Lo mejor es la compañía de los amigos aunque sea virtual. Besos

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