domingo, 23 de agosto de 2015

Reflexiones del barón



Un agro suave y tranquilo verde y fresco, que se extiende hasta las tierras altas de una tierra brava y agreste.



Campiñas cuidadas y productivas donde pacen ovejas, vacas y briosos caballos.










Riqueza ennoblecida con blasones y gentes que trabajan para engrandecer sus tierras y dar lustre a su prosapia.




















Científicos ilustres, artistas geniales, banqueros poderosos y políticos brillantes, todos ellos con particular elegancia y exquisitamente educados en la tradición secular de instituciones paradigmáticas.




Un pueblo trabajador, industrial y marinero, marcado por su condición insular, que mira al cielo orgulloso de su estirpe.



Y como elemento de unión de esa singular amalgama una respetada corona ya ancestral que pudo dominar el mundo.















En una palabra El Reino Unido de La Gran Bretaña











                                                         

Reflexiones del barón

Rincones de mi tierra, reflejos sobre el mar, estampas bajo el cielo.



















Orgullo de un pueblo noble, de un pueblo labriego, de un pueblo abocado a la mar.
















Sueño y realidad de un día a día sobrio y esforzado, de un mañana incierto, de un futuro eterno.








Mi tierra es antigua, su suelo arcaico y su alma es grande y sublime como la mar océana que la templa y afina con su brisa y la sal