lunes, 21 de noviembre de 2011

Reflexiones del barón


Como una gran araña sobre nuestras cabezas nos pesa el tiempo y se cierne una pesada bruma que nubla los pensamientos y nos hace temer el futuro. Qué somos si estamos solos y asistimos inertes a esa sucesión de días y noches que se juntan para formar nuestra vida?. Cómo vas a preferir la solitaria libertad absoluta, sin la menor traba o compromiso, al calor de la compañía de otro ser que te cobija cuando el alma se resiente y crees que tu corazón no podrá resistir el duro embate de la desolación. Como una mano huesuda ves el paso de las horas esperando a que alguien rescate tu ser y lo saque del frío olvido y la negrura de un abandono indeseado y aborrecido. Te sientes dueño de ti y dices que eso es lo que quieres y deseas. Pero quizás cambies todo ese albedrío de ir y venir sin cadenas por un solo beso dado con pasión y poder sentir el ardiente fuego de la pasión más violenta sobre la piel, aunque eso haga que prefieras esclavizar tu destino unido a otro corazón que logre que el tuyo palpite con más fuerza  

sábado, 12 de noviembre de 2011

Reflexiones del barón



A veces mi cama se vuelve tan árida como un desierto y noto ese vacío que sólo el alma que ha amado puede sentir. En esas noches de insomnio y soledad, recuerdo otras horas y otras tardes junto al mar, en que una brisa salobre besaba mi piel y veía en otros ojos la mirada dichosa de los míos. Todo aquello viene a mi memoria ahora y hasta parece que las olas mojan mis pies y la arena se paga terca a mis dedos que buscan ese otro cuerpo que nunca podré olvidar. Mi olfato huele aún a tierra mojada y a hierba recién segada y no creo que ningún otro aroma pueda superar la delicia de su olor. Y aunque todo pasa y parece que se olvida, yo te digo que no es verdad, porque la cabeza siempre guarda los recuerdos que han marcado tu vida y los atesora luego en el corazón    

lunes, 7 de noviembre de 2011

Reflexiones del barón


Como una vela sin más macha que la huella del tiempo, a veces acariciada por la brisa o azotada con violencia por el viento, que la hincha y preña de aire para impulsar la barca y surcar los mares. Como una vela se iza al notar la menor presencia del aire o se arria ante la calma chicha que no mueve ni la más leve pluma posada en la borda. Como esa vela que desplegada se muestra orgullosa a los navegantes para hacer notar la pericia de la diestra mano que la maneja. Como la vela que lleva al marino a otras riberas donde encuentra la tranquilidad y el sosiego tendido en la arena. Tal y como esa vela curtida de sal y quemada por el sol, que suspira por ser parte de las aguas sobre las que se desliza su embarcación, tu alma ansía ser parte de quién te inspira los sueños y te seduce con su presencia. Como ella tiende a confundirse con las nubes compitiendo en blancura, tú te disuelves en ese otro elemento profundo y espeso que absorbe tu existencia y todo tu ser para renacer en su misma esencia  

viernes, 4 de noviembre de 2011

Reflexiones del barón


Sin rectificar el rumbo marcado ajustemos la deriva y hagámonos a la mar con más ansia de aventura y el ánimo cargado de razón para continuar el viaje en una nueva singladura sin abandonar el bagaje acumulado hasta ahora en otros periplos truncados de repente y sin voluntad de no continuar la ruta ya fijada y emprendida. Pero no volvamos la vista atrás y dejemos que la fuerza del viento y la firmeza de la voluntad nos lleve lejos otra vez y logremos cubrir otras etapas que con esfuerzo y tesón se irán cumpliendo sin quebranto. Y ello reforzará y acrecentará el empeño de navegar sin ataduras enfilando siempre la proa hacia la libertad del pensamiento y el deseo de gozar sin herir ni lastimar a los demás   

jueves, 3 de noviembre de 2011

Dedicado a tres amigos y en protesta por la sin razón de un silencio forzado


No detengas tu camino ni pares tu viaje y sigue con ellos, animando y alentando sus pensamientos y ansias de vivir como tu deseas. No hay mayor libertad que la satisfacción con uno mismo y por eso los tres sois libres aunque ellos dependan de tu voluntad y te pertenezcan sus sentidos y sentimientos. Fija el timón de tu barco y enfila proa al horizonte donde ellos te seguirán en sus modestas naves y yo ayudaré al viento a impulsar las velas para surcar de nuevo el mar sin trabas ni nada que recorte o elimine la visión de una imagen ni la libre expresión de las palabras. Sois sinceros al seguir lo que os dicta el corazón y por tanto libres para navegar sin miedo con rumbo al límite del mundo. Y yo os veo zarpar y me siento bien por vuestra valiente felicidad, pero mi boca y mi mano se silencian en solidaridad contigo y con ellos dos también