domingo, 10 de noviembre de 2013

Reflexiones del barón

Nos dicen que la macroeconomía empieza a mejorar. Nos dicen que el dinero entra en las cajas de los bancos y las grandes empresas aumentan sus beneficios. Nos dicen que el país sale de la recesión y se ve la luz al final del túnel. Nos dicen muchas cosas, pero quien las dicen no saben en verdad que es estar en crisis ni padecen jamás necesidades primarias ni vitales para poder sobrevivir con dignidad y sin pasar hambre, ni temer a la enfermedad o ver negro el futuro. La gente corriente (y digo corrientes no por ser vulgares sino porque son normales), esa inmensa mayoría que no creen pertenecer a ninguna casta u oligarquía, ni amasan fortunas sin escrúpulo alguno y al margen de la ley o sin el menor respeto a la ética, por mucho que digan que está dentro de lo establecido por alguna norma hecha a medida de los que se lucran a su amparo. Esos que ven la realidad envuelta en una sombra de duda y soportan, como siempre, las consecuencias de malas gestiones económicas y sufren los sacrificios que otros imponen para paliar las consecuencias no perjudicando los grandes beneficios de los que siempre salen ganando, ya sean tiempos de vacas gordas como de bacas flacas. Esos que al mirar a su alrededor sólo ven desesperanza tienen los ojos cargados con la misma tristeza que refleja esta imagen.