martes, 30 de noviembre de 2010

Reflexiones del barón


Cuando la primavera pasa y ya transcurrió el verano tórrido y jovial, llega el otoño, como preludio de un invierno que aunque sea corto acaba con los brotes postreros de la floración. Ese otoño suele ser una estación que se hace larga y casi siempre resulta melancólica a pesar que encierre una gran belleza. A veces tanta o más que la alegre y vital primavera, llena de encanto y propicia al amor. Pero antes que llegue a nuestras vidas esa etapa, la vemos con prevención y entramos en ella con precauciones que hasta entonces nunca se nos ocurrieron tomar. Los colores de nuestro entorno se agostan por el furor del esfuerzo estival y en cuanto atisbamos las primeras nieves del tramo final, nos espantamos primero y luego vamos aceptando esa realidad, aferrándonos a los recuerdos de esos otros estadios anteriores. Y entonces hasta el otoño nos parece mucho más hermoso que cuando lo vivimos. Y decimos, es ley de vida. Y aparentemente nos quedamos tan contentos. Pero no es del todo cierto y echamos de menos lo que nunca más tendremos 

lunes, 29 de noviembre de 2010

Reflexiones del barón

Formamos entonces un todo compuesto de recuerdos y sensaciones y momentos de gozo y ternura, igual que esas pequeñas floraciones van creando la hortensia. Y cada vez que se secan nuestros momentos y ya no hay entre nosotros la misma complicidad, como le ocurre a esa flor, también vamos perdiendo nosotros, lentamente, nuestra afinidad y la alegría de estar juntos. Y un día, sin previo aviso, se apaga la llama y la hortensia pierde su lozanía y se mustia para siempre, al igual que le pasó a la fuerte atracción que nos tuvimos. Y de nada vale lamentarlo porque la vida es así y los sentimientos pierden fuerza y cambian de intensidad y hasta de sentido. Ahora hay que olvidar lo que nos pareció mal en su día y sólo queda cuidar que ese amor no muera del todo y al menos permanezca entre nosotros lo que se llama una buena amistad. Por mi parte eso está hecho y garantizado. Se puede decir lo mismo por la tuya?

domingo, 28 de noviembre de 2010

Reflexiones del barón

Como la gardenia, blanca y de olor dulzón y penetrante, es tu piel y también tiene ese toque dorado, ella en su centro y tú sobre ese cráneo perfecto que beso a través de tu pelo liso. Cuidas tu aspecto para mí y no dejas que el vello manche la tersura de tus miembros, ni siquiera en el pubis, pues lo recortas y depilas para que mi mano no encuentra nada áspero al tocarte y besarte esa parte húmeda de tu naturaleza. A veces la luz, si es demasiado fuerte, te hace guiñar los ojos, porque los tienes muy claros. Pero sólo te obliga a cerrarlos los besos que te doy en los párpados y cuando suspiras y gimes de gozo al sentir mi peso sobre tu lomo y encarnado en ti. Me incitas a ello mostrando tus curvas y el final de esa espalda que me enloquece dejándome sin habla al llegar mi mirada a la redondez de tus nalgas preciosas e incitantes a mil placeres. Por qué has nacido con un cuerpo tan bello?. Fue para que deseasen poseerte?. Pero, para quién fue hecho?. Sino fue para mí no debieras existir. Y si estás conmigo es porque te crearon para que yo te tuviese. Yo sólo te perfeccioné y mi amor también es para ti 

sábado, 27 de noviembre de 2010

Reflexiones del barón

Necesito tu risa y tu alegría lo mismo que el llanto y el reprimido quejido que provoca en ti la entrega sin condiciones conque te ofreces para mi placer y deleite. Eres la carne que me sacia y el ser que me complace tanto en mi delirio y éxtasis como en mi cansancio y falta de ganas para hacer otra cosa que no sea verte y saber que estás ahí aguardando servirme. Deseo tomarte y apurar cuanto hay en ti de humano todavía y dejarte seco de vanidad y cualquier otro orgullo que no sea ser mío. Todo en ti me pertenece y no regateas esfuerzos por demostralo al mundo siempre que te permito hacerlo y salir del entorno cerrado donde te tengo cautivo. Eso será si abro la puerta de tu celda, porque la puerta para que salgas de mi corazón siempre estará cerrada a calicanto y no tiene llave pues la soldé con mi sangre y la tuya. Ahora sólo estás tú en su centro y eres esa flor de pasión que me da energía a diario

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Reflexiones del barón

Quiero el calor de tu cuerpo y la humedad acre de tus cavidades y también el sabor salado de tu espalda y tus muslos bañados de sudor y tensos de excitación por el apremio carnal que sube por esa espina dorsal, que mi lengua ya conoce de memoria, y desde el punto vital centrado entre tus nalgas. Quiero todo eso, pero más te deseo a ti sin otro atributo que tu alma entregada y deseosa de beber la pasión que provocan mis manos sobre tu piel. Te acaricio y tiemblas. Te beso y ni siquiera puedes suspirar por que no dejo que el aire te entre en la boca. Te abrazo y aprieto tu carne contra la mía al estar dentro de ti y tú gimes al sentirte parte de mi vida. Pero ansío mucho más ser el único corazón por el que se renueva tu sangre y recorrer con ella todo tu ser para no dejar nada sin saber que nota al estar pegado a mi y entre mis brazos. Todo eso quiero y todo eso tengo cuando te miro a los ojos y veo que lloran, pero no es por dolor ni por pena, sino de alegría y satisfacción por estar juntos los dos otra vez. Te quiero, eso es todo

lunes, 22 de noviembre de 2010

Reflexiones del barón

No siempre las cosas que hacemos conservan la utilidad y el uso para que fueron creadas. Pensamos en algo y lo realizamos, pero el tiempo se encarga de trastocar nuestros planes y darles una finalidad distinta a la deseada por nosotros. Y a veces, este cambio es perjudicial y menosprecia el objeto elaborado en origen, pero otras puede que se destine a una actividad que en principio debe ser más útil para la sociedad. Así ese convento de la villa, que se erigió por mandato de un rey a iniciativa de su esposa la reina, muy religiosa, y dedicado a la santa patrona del nombre de esa ilustre dama portuguesa. Doña Bárbara de Braganza, consorte de Fernando VI, que no fue madre de rey ni tuvo descendencia alguna. Hoy y desde hace muchos años, ese noble edificio alberga el Tribunal Supremo de España, cuya fachada principal da a la Plaza de la Villa de París. Y que vulgarmente se le conoce como “Las Salesas”, porque esa era la orden de monjas que lo ocupó por deseo de la reina. La Salesas Reales. Ahora casi todo se dedica a la justicia y al culto sólo su Iglesia y en ella están enterrados dichos monarcas. Tal como nos ocurre en muchas ocasiones, las ilusiones que alimentamos y pretendemos trasmitir a otros a los que amamos, quedan sepultadas en el olvido por el desdén de quienes no quisieron o supieron apreciarlas. Y con suerte, otros más adelante, puede que las desempolven y les den una oportunidad de servir para algo, sino útil por lo menos divertido

sábado, 20 de noviembre de 2010

Reflexiones del barón

Sólo odia en serio quien antes amó, porque ambos sentimientos proceden del corazón. Son el anverso y reverso de la misma moneda, pero no es lo mismo el rencor que produce un resentimiento que el aborrecer realmente a otro ser por haberte roto el alma de forma irreparable por una pasión frustrada. Si te hacen daño, el dolor puede ser grande y, sin embargo, con el tiempo se cura y hasta se olvida. Pero si has amado y te has sentido engañado, tiendes a desear cuando menos un mal semejante al que te ofendió con su mentira. Y yo te digo que eso sólo es por un breve plazo de tiempo, pues si verdaderamente lo has amado no hables entonces de perdón ni de venganza, pues ese odio aparente, que también es amor pero negativo, se trocará otra vez en amor positivo al pensar sin acritud en quien te dejó la marca de lo que tomaste en su día por traición a tus sentimientos. Y no dudes que ese otro corazón también te dio su amor o al menos su afecto y de algún modo te hizo feliz y lo pasasteis bien juntos. Y hasta te alegrará volver a ver su sonrisa 

viernes, 19 de noviembre de 2010

Reflexiones del barón

Mira al cielo y piensa que hay un mañana que te espera y te traerá nuevas sensaciones y hará que tu alma reviva y salte de gozo al ver de nuevo a tu lado lo que creemos que es la felicidad. Se como un pararrayos que rasga el espacio azul del aire y apunta a un pretendido infinito, aún siendo limitado en su longitud y su alcance. No inclines tu ego ni dejes a un lado la verdadera dignidad de ser hombre y creer en la bondad de los otros, aunque te cueste trabajo mantener la confianza en el proceder ajeno. Siente que vives y puedes dar ganas de vivir a más gente y comparte algún sueño aunque no sea como para mover el mundo. Desea que otros rían y evita el llanto que no sea de tanto gozar. Y, sobre todo, ama y besa y acaricia esa otra piel que notarás caliente al rozarla y verás también como se acelera el riego de la sangre en las venas y los latidos del corazón

jueves, 18 de noviembre de 2010

Reflexiones del barón

Madrid me dio como siempre la vital agitación de sus calles pobladas de variopintos tipos de gentes. Distintas razas y colores se mezclan y conviven, no siempre en la armonía más deseable, pero eso debe ser ya cosa de los tiempos que corren ahora. Me devolvió amigos y recuerdos, que a diferencia de las estatuas de Pompeyo Leoni, que están en el antiguo claustro de un convento, hoy integrado en el gran museo, no son sólo bronce o mármol vacías de alma, aunque estas figuras sean la expresión del arte de una época y del esplendor de unos poderosos. Mis amigos y lo que me evoca esa villa es algo más que simples nostalgias del pasado o vivencias del presente. Es mi propia vida que trae a mi recuerdo risas y esfuerzos por lograr aspiraciones que hoy sólo son viejos sueños. Y también reviven en mí sentimientos encontrados y pasiones aún latentes que dejan de nuevo el sabor de un beso y de unos momentos que se han perdido con el implacable paso del tiempo. Y me alegra poder evocar los paseos por esos barrios y cada minuto que pasé con esas personas a las que aprecio y quiero porque son parte de mi existencia

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Reflexiones del barón

Quizás en lo simple esté la verdad, puesto que todo es relativo y cuanto más complejo más relatividad tendrá en su origen y conjunto. Las verdades absolutas que proclaman muchas creencias religiosas y corrientes filosóficas, no creo que existan. Al menos tal y como pretenden hacernos creer. Amamos y ese amor es relativo. Besamos y cuántas veces ese beso no tiene reservas. Hasta el odio es relativo y casi siempre parcial. Y no me refiero a que sea visto desde una sola perspectiva, sino que no es fácil que se dé un odio total y tan profundo que no quepa retroceso. Y si existe un sentimiento tan fuerte, será la excepción, como también lo es ese amor perfecto que todos soñamos tener. El alma es complicada en sí misma y todas sus emociones lo son del mismo modo, sin llegar a sobrepasar nunca la capacidad de entrega que exigimos a otros y puede que regateemos luego a quien se da sin aparente reserva a nosotros. Qué limpia y atractiva es la simpleza natural y que difícil conseguirla. Y eso que por un tiempo se puso de moda el minimalismo y aún está en boga 

martes, 9 de noviembre de 2010

Reflexiones del barón






No os dejo. Tan sólo hago un paréntesis de una semana, porque me espera la villa y corte. Es mi segunda casa y el lugar donde tuve esas primeras experiencias de juventud que marcan en gran medida tu vida. Es cierto que desde que naces tu cerebro procesa cuanto ve y oye y se moldea de una u otra manera. Pero los años en que sientes la pasión y la lujuria y notas que todo cambia en tu cuerpo y ves tu entorno con otros ojos, ese tiempo nunca se olvida y siempre lo recordamos como algo dorado. Y quizás sea sólo porque eras joven, atrevido, indolente y mucha gente te encontraba hasta guapo. Luego pasaste a ser atractivo. Y más tarde solamente eras interesante antes de pasar desapercibido para la gente más joven. Pero Madrid sigue estando ahí y me espera con la misma ilusión que a los diecisiete años, cuando nos conocimos

domingo, 7 de noviembre de 2010

Reflexiones del barón

Alguien a quien aprecio me dice que está triste. Y yo le contestó que todos estamos pocos alegres normalmente. Si vemos una rosa que ya se marchita, nos parece vernos a nosotros mismos cuando desaparece la alegría, los sueños se extinguen y desaparece la ilusión. Pero con ello muere la esperanza como esa flor?. Eso no puede ocurrir, porque la rosa se aja y antes de dejarnos se transforma en otra forma de vida. Y seguro que vuelve a ser hermosa en su nueva existencia y proporciona energía que se libera de su anterior encanto para retomar otra belleza y otra fantasía. Nuestro espíritu es como esas flores delicadas al tacto, que si se las presiona rudamente las estropean y dañan su suave envoltura. Y tú, como ellas, quisieras protegerte volviendo a encerrarte en el primigenio capullo del que salió tan bonita. No te encierres y vive con fuerza los días de sol y de lluvia, contra el viento y la tormenta, como hace la flor mientras le quede uno sólo pétalo en su corola. Y disfruta las noches que te brinde la luna. Eso es lo que nos queda al final

sábado, 6 de noviembre de 2010

Reflexiones del barón

El tiempo no para de cambiar. Ayer hizo sol y demasiado calor para esta época del año y hoy refrescó y estuvo el cielo gris aunque no llegó a llover. Parece que el ánimo se encoje al ver tanto cambio de luz y de aire. Y notar la sensación de humedad en la piel. Que distinto es si todos esos cambios y sensaciones diversas se producen por el contacto o el humor de quien amamos y la piel se moja de ansia y pasión. Y más si ese amor es quien ordena la vida del ser amado. Si ríe, sale el sol. Si habla, los sentidos se ponen tiesos como las orejas del perro para escuchar al amo. Si se enfada o está de mal humor, se rompe el cielo por los rayos de la tormenta y se escucha el trueno al estallar el látigo del furor sobre la piel del ansioso y deseoso ser que adora a su amante como a su dios. Podría ser fruto del tiempo y el clima, pero es obra del ardor en lo más hondo del alma

jueves, 4 de noviembre de 2010

Reflexiones del barón

Como un templo de bronce que naciese de una extraña roca se va forjando una relación entre dos seres. Uno es la recia materia prima sobre la que el otro esculpe y da forma a un sentimiento mutuo de respeto y amor. Y la esencia de ambos se transforma y se enriquece con la comunión de ideas y sensaciones. Todo vuelve a ser nuevo y sus espíritus nacen a otro mundo diferente y más cercano a sus gustos e inclinaciones. El resto del universo ya no importa, ni mucho menos sus opiniones. Ahora sólo cuentan ellos. Entre los dos crece el verdadero sentido de la unión de sus cuerpos y sus mentes y las sombras y dudas desaparecen. Y no importa que uno domine y el otro obedezca, pues en el fondo son el mismo ser

martes, 2 de noviembre de 2010

Reflexiones del barón

Cómo puede ser tan perfecto el pétalo de una flor y tan agradable su textura. Quién sería capaz de reproducir algo parecido con el aparente mínimo esfuerzo conque ella brota. Aparece casi de repente y con la misma rapidez nos deja con el recuerdo de su hermosura y se deshoja con más lentitud que al surgir de entre las hojas que acompañan su corta existencia. Y alguien duda que eso que se llama amor no es como esa flor que nace y muere, dejándonos la sensación de no haberlo apreciado lo suficiente. Cuantas veces nos damos cuenta de su valía al perderlo y renegamos de las luces de fogueo que nos cegaron en un momento de ofuscación o calentura pasajera. Como esa flor, una vez que se le caen los pétalos, ya es muy difícil recomponerlo y volver a la vida lo que fue una menospreciada pasión

lunes, 1 de noviembre de 2010

Reflexiones del barón

El cristal se rompe en mil colores al chocar la luz contra sus prismas, lo mismo que un cuerpo humano al golpearlo su amante. Porque, como el cristal, se deshace en múltiples reflejos y destellos fugaces. Y también lo atraviesa como un rayo la carne del otro ser que entra y vuelve claridad lo que antes era oscuro. Uno mira y el otro tiembla y se enerva. Y al tocarse se agitan, sudan, trasmiten sensaciones que llegan a confundirse y estallan de pasión al unirse para fundirse en uno. Entonces el que recibe al otro, respira por la boca del que ya tiene dentro y ve por sus ojos y late con su corazón y sólo desea ser un instrumento para realizarse quien lo posee y que goce de ese cuerpo que se entrega y se rinde a su voluntad y capricho. Puede que ame en mayor medida quien más se entrega. Pero el que más da es quien más posee al que ya está rendido. Pero se aman. Y al final no son más que uno, como la luz que al pasar se transformó en mil facetas del mismo cristal