lunes, 23 de septiembre de 2013

Reflexiones del barón


Vi paisajes y ciudades, vi palacios e iglesias. Vi construcciones que nos hablan del pasado y otras que reflejan los tiempos modernos. Y vi gentes orgullosas de pertenecer a esa tierra y formar parte de la historia de su país. 









Vi sus costumbres, sus ropas típicas, sus gustos. Vi muchas cosas en Baviera y me gustó conocerla y sobre todo saber algo más sobre ella y observar de cerca su forma de ser y respirar el aire puro de sus montañas y apreciar los olores y sabores de su comida regada generosamente por deliciosa cerveza.








Pero también vi alardes de la mecánica desde sus orígenes y la belleza y armonía que a lo largo de los últimos tiempos fue adoptando uno de los más señeros símbolos del lujo y la distinción. Y por muchos años que pasen seguirá siendo el signo más significativo del alto estatus social. Junto a preciosos BMW de ayer y hoy, reposaban majestuosos y perfectos unos Rolls Royce. Y verlos tan de cerca sin duda es un lujo

martes, 17 de septiembre de 2013

Reflexiones del barón




En algunas de sus ciudades se puede ver la magnificencia de las residencias de poderosos príncipes obispos o recorrer viejas murallas, admirando también artísticas esculturas de otros tiempos y también de ahora, sin que las viejas calles pierdan el aspecto que tuvieron antaño.





















Y no podemos pasar por alto su capital, la ciudad más importante de Baviera, que resurgiendo de las cenizas de una cruenta guerra, se muestra vital al visitante, que admira tanto su modernidad como todo aquello que recuerda su pasado y aprecia la laboriosidad de sus gentes que con su esfuerzo hicieron posible la ostensible pujanza de su comercio e industria   



sábado, 14 de septiembre de 2013

Reflexiones del barón


Al verla reflejada en el Salzach y oyendo los sublimes compases que un día compuso Mozart, crees que el tiempo se detuvo y te invade una dulce sensación de tranquilidad y confort. Y nunca llegas a saber desde que ángulo resulta más hermosa ni por que lado te parece más bella. Sólo podrás decir que Salzburgo es incomparable y para ser espléndida no precisa ser la capital de un imperio

jueves, 5 de septiembre de 2013

Reflexiones del barón


El paisaje en Baviera es indudablemente hermoso, ya sea el soberbio espectáculo que nos ofrecen sus montañas o el apacible y verde sosiego de sus campos. 



























Y que decir de sus viejas ciudades, tranquilas y acogedoras en las que no parece que el tiempo se haya apresurado para llegar a nuestros días. 














Cuando vuelve el calor del sol tras la tormenta, se eleva al cielo, escalando las rocas, el vapor de agua hecho nube, blanca y ligera. Y al atardecer, cuando el sol ya cansado quiere ocultarse, el cielo se incendia y el agua del río se cubre de fuego. 







Y las sombras se recortan sobre una luz aún cegadora que pronto dejará paso al brillante reflejo de la luna en la oscuridad de la noche   

lunes, 2 de septiembre de 2013

Reflexiones del barón




Las transparentes aguas del lago y sus orillas fue un lugar para el rezo y luego, más tarde, sirvió para el reposo y la afición cinegética de los reyes de Baviera. 
















Sus aguas siguen siendo limpias y hermosas y en ellas, por donde navegaron monjes y aristócratas, nos deslizamos serenamente sin poder dejar de mirar las cimas de los impresionantes picos rocosos que rozan el cielo en este sereno paraje de la naturaleza. 






Y muy cerca ascendemos hasta otro capricho hecho para satisfacer la egolatría de un dictador, que quisieron llamar “el nido del águila” y no podemos dejar de estremecernos al pensar en el dolor y las vidas que costó su factura. 






Y allí, a dos mil metros de altura, codeándonos con los Alpes y fascinados por la grandiosidad de un paisaje que nos deja sin palabras, vemos, allá al fondo, ese lago y otros lugares de una tierra que agota los calificativos con lo que pretendamos describir su belleza.  

domingo, 1 de septiembre de 2013

Reflexiones del barón


Fue Locura o simple ensoñación de un romántico esas altivas piedras que se aparecen ante los ojos admirados de quien contempla Neuschwanstein. Nueva piedra del cisne significa su nombre y quién podría asegurar ahora si tan sólo fue el delirio épico de un hombre anclado en otros tiempos ya pasados y deseoso de rememorar hazañas de aquellos seres mitológicos idealizados y ensalzados por la grandiosa música de Wagner, o simplemente el caprichoso deseo de un rey que sirvió para que la mano inspirada del arte y el trabajo de muchos hombres erigiesen en un fascinante entorno tal sinfonía arquitectónica que nos invita a fantasear con hadas y dragones. Sea como fuere, Baviera se benefició al construirlo y todos nos deleitamos al visitarlo