domingo, 16 de enero de 2011

Reflexiones del barón

Adormece mis sentidos un monótono repiqueteo de lluvia en los cristales. Parece acompañarse de la música que escucho y hasta juraría que las gotas bailan al compás de las notas de esa canción. Qué melancólica suena con el tamborileo incesante de una ligera llovizna que no pasa de ser un chubasco, pero molesta y moja como el chaparrón. Si sales a la calle no sabes si abrir el paraguas o dejarlo cerrado, porque no parece que vaya a empaparte algo con tan poca fuerza y escasa cantidad. Pero si caminas algún tiempo bajo esa bruma más húmeda que acuosa y que pinga incansablemente, te pones como un pito y notas que estás mojado por todas partes y no precisamente por morbo o expectativas de un placer sexual inmediato. Pero con ella todo renace mas tarde y estallará la primavera mucho más radiante cuanto más agua caiga durante el invierno. Además, deben llenarse y aumentar las reservas de acuíferas para el seco estío o habrá restricciones si no ha llovido lo suficiente. Aunque en esta tierra eso de que falte el agua no es frecuente aunque las cuatro estaciones no sean generosas en precipitaciones. Aquí el agua nace de la tierra además de caer del cielo. Y esta ultima si es demasiada puede desbordar los cauces de los ríos y anegar sus riberas. Pero curiosamente de tal devastación no sólo es culpable la madre naturaleza, pues suele darse en mayor medida por la colaboración de los hombres que se empeñan en obstaculizar el paso a los torrentes y construyen muchas veces donde no se debe. Y la naturaleza, cabreada, se lleva todo por delante para abrirse paso de nuevo y sobreviene la tragedia, el dolor y la catástrofe, tanto por falta de previsión como por arriesgarse en exceso intentando poner barreras al mar y al río y hasta puertas al campo. Y cada vez nos va quedando menos libertad con tanta traba e impedimentos

2 comentarios:

  1. Hola Maestro, se lo extrañaba.
    Tiene el don de sacar belleza hasta de la nostalgia que nos trasmite con estos últimos posts.
    Besos
    De los tres.

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  2. También os extreñaba a vosotros, pero ya supongo lo bueno que fue viaje de vacaciones. A veces uno se pone más así, pero luego todo gira de nuevo al mismo ritmo de antes. Besos para los tres

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