lunes, 20 de septiembre de 2010

Reflexiones del barón







Estamos ya en los últimos coletazos del verano y pronto las playas volverán a quedarse vacías, sin gente, ni casetas y sombrillas de rayas de colores. Los niños dejarán de construir castillos que se desmoronan al menor toque. Y ni se verán flanes de arena oscura, que todavía rezuman agua salada al poco tiempo de salir del caldero conque esos pequeños cocineros los cuecen sin fuego, ni más condimentos que les que ofrece la propia playa.


Quizás le pongan un adorno de algas como mucho y por todo golpe de color. Las olas todavía juegan serenas con los bañistas. Pero muy pronto el tiempo cambiará y soplará violento el aire y el mar se encrespará amenazador.

 Y todos esperaremos al próximo verano para gozar otra vez del calor del sol y del mar Cantábrico


3 comentarios:

  1. Mi envidia sana Señor Andreas, adoro los mares bravos.

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  2. Las playas del Cantábrico son buenas y hay otros muchas, no urbanas, todavía mejores. Pero las de mi tierra, que son atlánticas, son especiales por la finura de se arena y la belleza de la costa, aunque el agua sea más fría

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