viernes, 11 de febrero de 2011

Reflexiones del barón

Hacia años que no veía una rata, al menos de esas de color pardo feo, que corren a cuatro patas y tienen un rabo largo y fino. Porque de las otras, las que suelen salir en las noticias aferradas al calor del poder y que salen huyendo cuando el edificio donde engordan ya se derrumba, o el barco se empieza a ir a pique, de esas si las suelo ver con más frecuencia de la que quisiera. Pero hoy se cruzó ante mis pies una de las otras. Las que nos resultan repulsivas por su aspecto y por saber que viven entre desperdicios y basura. Las otras también se alimentan de los desechos humanos, pero la diferencia con las otras está en que son ellas mismas quienes los crean. Esos miserables roedores de fortunas mal ganadas amontonan miserias ajenas y se nutren de ellas para vivir con largueza de medios, más de los que podrían consumir en varias vidas. Las otras, las despreciadas por ser pequeñas y feas, e incluso decimos que son sucias y dañinas, sólo cogen lo que necesitan para sobrevivir y hasta nos ayudan a eliminar los restos que vamos dejando día a día. Y vaya si son dañinas las otras ratas que visten prendas caras a la moda y llevan ostentosos objetos que sólo sirven para mostrar su poder y deslumbrarnos con su riqueza. Esas son las que más vemos y sufrimos ahora y curiosamente no nos causan tanta repulsión como las otras; y si las tenemos delante hasta las adulamos. Y aunque parezca mentira, las de verdad no son tan cabronas. Lo que ocurre es que se reproducen con facilidad y son las primeras en salvarse de cualquier catástrofe. En esto las otras casi les ganan, pues también saben nadar y guardar la ropa para mantenerla siempre seca y no mojarse en nada que no les sea provechoso   

4 comentarios:

  1. Lo noto desencantado de la vida o de las personas, Sr. Andreas...

    esas ratas que se aprovechan trepan y dañan han existido siempre, solo es que hay que pasar de ellas.

    besos de una kajira

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  2. La vida es bella y puede ser hermosa para todos, si de una vez por todas entendemos que en el mundo hay sitio para todos y riqueza suficiente para gozar todos también. A mi edad uno se desencanta de muchas cosas y sobre todo de los que mandan y rigen los destinos del mundo. Y aunque podemos pasar de esas ratas, estamos viendo que en algunos lugares la gente ya está muy harta de ellas. Gracias por acompañarme y un beso

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  3. Qué lucha sin fin, que problema eterno que nos negamos a resolver.
    Aunque siento que formo parte de todo, me es imposible desprenderme de la simpatía particular que me inspira el lugar donde nací.
    Se trata de una tierra riquísima en alimentos, con una baja densidad de población, comparada con el resto, en donde los hombres deberían ser generosos. Allí pasa, como dice mi hermana kajira, lo de siempre; leyendo las noticias por la web hoy se publica como si fuera un escandalo novedoso que grandes compañías cerealeras internacionales, que otras medianas y con menos proyección y que muchos particulares emplean personas para trabajos rurales en condiciones infrahumanas.
    En un país en donde se emplean en esas labores un millón de personas solo trescientas mil están en condiciones de legalidad y sus patrones cumplen con las leyes; el resto en distintos grados de servidumbre con contratos que resultan que finalizados los peones están endeudados con sus patrones porque el alimento miserable que le han "vendido" supera en valor al sueldo que ganaron por trabajar siete días a la semana de sol a sol; y eso los ata a continuar la relación de servidumbre o a pagar con el trabajo de sus hijos menores.
    Y resto de la sociedad pasa a un costado sin ver, mejor dicho sin queres ver, esto que es solo un botón de muestra.
    Tal vez no ganemos denunciándolo nada más que no sentirnos hipócritas como los que fingen sorpresa cuando la realidad les estalla en las narices.
    Gracias Andreas por dispar con tus reflexiones las nuestras.
    Un beso.

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  4. Lo terrible es que tantos pasen sin querer mirar la injusticia y que narcoticemos la conciencia diciendo que las diferencias sociales siemprehan existido y siempre permanecerán sobre la tierra. Nunca pude soportar el conformismo y dar por bueno lo que otros quieren imponer como tal, si en mi opinión no lo es. Me anima y me alegra saber que en vosotros tengo unos amigos entrañables. Besos

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