domingo, 13 de febrero de 2011

Reflexiones del barón

Amaneció un día lluvioso y veo como golpean la gotas en mis cristales, incansables, tercas, sin detenerse ni estar quietas y empeñadas en correr hacia abajo como en locas carreras que terminan en el borde inferior del ventanal. Dónde creerán que van las muy bobas. Ahora son pequeñas, pues no cae con fuerza, pero en cuanto arrecie de nuevo serán gruesos goterones que arrastrarán a estas otras más débiles. En todo y con todo es la misma historia y el superior acaba por empujar al inferior porque sencillamente es más fuerte. Aunque a veces parece que eso no ocurrirá y el pequeño y humilde logrará desplazar de su sitio al más potente. Sólo espero que en algunos casos, todavía recientes, eso no sea solamente un espejismo y todo vuelva a ser como antes o peor. Ojalá que realmente la historia haya tomado otro rumbo forzada por esos que han dicho basta y supieron socavar los podridos pilares de una fortaleza desde la que los subyugaban sofocando todo intento de libertad. Ahora se mueven como las gotas en el cristal trasparente de la ventana, pero ellas no van donde quieren sino que una fuerza exterior las lleva haciendo un sesgo hacia uno de los lados, para terminar escurriendo hacia abajo por su propio peso. Pero si por algo merece la pena ser y estar esperanzado, es precisamente por ver que ya no habrá vuelta atrás para quienes se atreven a plantar cara y ganar la dignidad de ser dueños de sus vidas y destinos que otros se empeñaron en negarles. Quizás sonó la hora del verdadero cambio en el orden mundial y como en Jericó caigan las murallas al toque estridente de las trompetas que celebran el triunfo de los seres honrosamente humildes y sencillamente humanos. Que, sin necesidad de más armas que su voluntad y su ansia de vivir dignamente, pueden vencer a todo ejercito que pretenda oponerse a sus legitimas aspiraciones. Yo sigo viendo como juegan las gotas de lluvia en el cristal, iluminadas ahora por un incipiente rayo de sol que las torna más brillantes y les da un tono dorado, como si ya las revistiese de triunfo por alcanzar la meta por la que tanto se están esforzando

2 comentarios:

  1. Maestro! la esperanza es lo ultimo q se pierde! creo q los ultimos años, o decadas mejor dicho, la humanidad entera a estado adormecida en un periodo de bonanza capitalista q los tenia a todos drogados de bienestar y q ahora con el derrumbe vuelven a despertar lentamente de ese sueño.
    La juventud es la esperanza q nos queda y por todos lados esta juventud vuelve a nuclearse y a crear focos de lucha, lucha pacifica, pero fuerte dentro de la politica.
    No perdamos las esperanzas y cada uno aportemos nuestro granito de arena.
    Besotes
    Eli

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  2. Esa esperanza en los que todavía vibran energéticos por su sangre joven es lo que nos hace desear ser testigos de ese cambio que ya parece imparable. Quiero que esas alas consigan volar y se levanten del suelo por encima de las cabezas que ahora aún se amarran a su estatus en contra de la voluntad de la mayoría. Besos

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