viernes, 7 de junio de 2013

Reflexiones del barón


Uno que quiso ser un rey poderoso dijo que bien valía una misa. Y quizás le valió la pena ser el dueño de Francia y ocupar un fastuoso y enorme palacio real. 

Otros, más tarde, dijeron que cuando ella se acatarraba Europa estornudaba. Y al menos durante bastante tiempo eso fue verdad, pues llegó a considerarse la capital del mundo, o al menos de este viejo continente que ahora parece que le pueden los achaques y su poder y posición hace agua por esas grietas que le va abriendo la economía y la política en general.


 Se diga lo que se diga y bajo que punto de vista se mire, yo estimo que es bella. Tanto que no sólo te asombra y te deslumbra con su monumental presencia, sino que te invita a vivirla y soñar y aprender incluso a saborear mejor y con más tino la belleza y, por que no decirlo, sentir que tu piel desea y busca el placer de una caricia como los labios se humedecen queriendo besar. 





Las calles, los barrios, sus plazas que parecen jardines compitiendo con avenidas que confundes con parques; y sin querer miras al cielo pretendiendo llegar a una punta de hierro que se cree tan grande que podría alcanzarlo. 



Y para qué decir su nombre si todos sabemos que se llama París  




2 comentarios:

  1. Oh París! Como no soñar con París, el real y el de la literatura, el cine, la pintura, los amantes apasionados. Amigo Andreas, imagino como lo has disfrutado, para un dueño de sensibilidad y cultura como tú París es una fiesta.
    Un fuerte abrazo!

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  2. París debe ser una de las ciudades más hermosas de Europa y quizás del mundo. Y desde luego monumental y grandiosa. Hay arte en sus calles y dentro de sus museos y, sobre todo, esa luz que se torna en poesía y sientes que tu ser necesita amar y ser amado. Francia entera es un festín para los sentidos en cualquier caso y su paisaje al menos a mí me relaja. Sus ciudades son preciosas y cualquier villa, por pequeña que sea, es un verdadero deleite de armonía tanto en su arquitectura como en los espacios verdes y jardines. O simplemente viendo las flores que adornan las calles y plazas. Es un país que todo el mundo debiera conocer, como también los don el resto de los países de este viejo continente que ahora no pasa por sus mejores tiempos. Europa es un mundo es sí misma y tanto su tradición, historia y cultura son uno de los más firmes pilares de la civilización universal. Y tú, mi querido amigo, que conoces varios de estos países, también has disfrutado de todo cuanto pueden ofrecer a un espíritu sensible y culto. Un fuerte abrazo

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