sábado, 27 de noviembre de 2010

Reflexiones del barón

Necesito tu risa y tu alegría lo mismo que el llanto y el reprimido quejido que provoca en ti la entrega sin condiciones conque te ofreces para mi placer y deleite. Eres la carne que me sacia y el ser que me complace tanto en mi delirio y éxtasis como en mi cansancio y falta de ganas para hacer otra cosa que no sea verte y saber que estás ahí aguardando servirme. Deseo tomarte y apurar cuanto hay en ti de humano todavía y dejarte seco de vanidad y cualquier otro orgullo que no sea ser mío. Todo en ti me pertenece y no regateas esfuerzos por demostralo al mundo siempre que te permito hacerlo y salir del entorno cerrado donde te tengo cautivo. Eso será si abro la puerta de tu celda, porque la puerta para que salgas de mi corazón siempre estará cerrada a calicanto y no tiene llave pues la soldé con mi sangre y la tuya. Ahora sólo estás tú en su centro y eres esa flor de pasión que me da energía a diario

4 comentarios:

  1. Me alegra mucho sentir en tus palabras q estas psando por un hermoso momento, querer y ser querido es uno de los instantes mas sublimes de nuestra vida.
    Y dejame decirte que la poesia de tus palabras es un calido abrigo a los sentidos.
    Gracias por compartir!
    Besos
    Eli

    ResponderEliminar
  2. Esas palabras son mías, pero se refieren a un sentimiento actual por mi parte, aunque tampoco me son ajenas del todo. Pero ese sentir y ese deseo si puede aplicarse a otros corazones y yo, como un mero espectador de amores en plena euforia y autor de otros que viven en el papel, a veces los puedo sentir y los escribo para compartirlos. De todos modos agradezco tus deseos de felicidad para mí

    ResponderEliminar
  3. Andreas
    Maestro en expresar con profunda belleza la pasión.
    Solo quién sea dueño de la pasión y el talento, puede hacerlo como tu lo haces.
    Calas muy hondo en el sentir de tus lectores, hemos aprendido a quererte y por supuesto a desearte felicidad.
    Besos

    ResponderEliminar
  4. También tú calas hondo en quien te lee y es fácil sentir aprecio por ti, al igual que por ese joven cachorro que convive contigo en la perrera de tu amo. Mi relación es más frecuente e íntima con tu dueño, al que estimo sinceramente, Pero eso no quita para que os quiera a los tres en la misma medida y me alegre vuestra felicidad. Besos

    ResponderEliminar