miércoles, 14 de julio de 2010

Reflexiones del barón

Soberbio!. Así puede considerarse al verlo entre otros y es bonito, además. Enfila su proa hacia un norte y mantiene el rumbo contra viento y marea para llegar a su destino, sin apuros ni problemas, gobernado por una mano segura que maneja el timón y guía la singladura. Atracado, descansa y espera soltar amarras otra vez y partir hacia otros mares y avistar nuevas tierras. Y al atardecer sólo le queda fondear en una rada segura frente a una playa tranquila. Parecida a su existencia también es la de los hombres que pisan su cubierta o solamente lo ven desde la orilla 

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