lunes, 23 de mayo de 2011

Reflexiones del barón


Hoy sonó de nuevo la rutina y desperté otra vez a la vida ordinaria repitiendo lo habitual en cada mañana para empezar el día y afrontar el trabajo planificado desde antes de mi breve descanso en tierras más cálidas. 





Una tierra exuberante que rezuma riqueza y al mismo tiempo con grandes desigualdades. Casi un paraíso, hermosa y generosamente tratado por la naturaleza, que, sin embargo, como otros muchos países de este universo llamado tierra, no reparte sus frutos razonablemente entre quines la habitan, ni se porta con ellos de igual manera. Pero no por ello es menos bello su paisaje ni menos atractiva la estancia que ofrece al viajero. 

Me recibió una playa extensa, en cuyas arenas la gente corre y juega; y en una de sus esquinas unos jóvenes dominan las olas deslizándose sobre ellas con sus tablas. 

Todo parece contagiar vida y alegría, pero algunas veces la vista no quiere mirar ciertas miserias. Río es muy hermosa y dan ganas de quedarse allí contemplando el verde tono de las frías aguas del mar. 

Salvador necesita que la salven de perder su historia, pues la ciudad antigua se cae lentamente como si sus habitantes pretendiesen olvidar un pasado que es el origen de su propia idiosincrasia. Y es una pena que edificios coloniales o simplemente típicos de lo que fue en otros tiempos esa ciudad lleguen a perderse por el descuido, sustituyéndolos por grandes predios cercados y rodeados de verjas con alambres de espinos, que se yerguen orgullosos de espaldas a multicolores favelas. 

Mas el contrapunto a ese estado en que se encuentra A Bahía, es la gran urbe cosmopolita y asombrosamente imponente de Sao Paulo. La riqueza se encara con el visitante y el esplendor de una arquitectura diseñada para ser admirada te dejan fascinado; y ese ajetreo trepidante y vertiginoso de una ciudad en continuo movimiento te arrastra a participar de su gran hegemonía. 

En resumen, son lugares que hay que conocer e incluso ir más veces para no perder de vista la evolución de un país emergente lleno de posibilidades y enormes recursos de todo tipo. Y ahora hay que volver otra vez a las costumbres de este viejo continente y en concreto del país que me vio nacer 

2 comentarios:

  1. Maestro, lo hemos extrañado mucho, nos compensa saber que su viaje ha sido placentero.
    En nombre de mi Amo, del cachorro que usted estima y en el mío, le damos la bienvenida a esta su casa virtual que tanto nos gusta visitar.
    Besos

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  2. Querido ayax, yo también eché de menos esos mensajes habituales con tu amo enviando los relatos que escribo para vosotros. Y me acordé especialmente de ti al ver los lugares donde creciste y aprendiste a gozar del mar. Cada vez que veía un muchacho con su tabla me decía así disfrutó ayax de estas aguas con sus grandes olas. Pero quizás esos chicos no esperan encontrar esa felicidad grande y auténtica que a ti te reservó el destino al lado del hombre que amas. Ahora vuelvo a mi vida habitual y también retomo la historia que ahora os cuento. Dale un beso al cachorro, del que también me acordé viendo bailar a otros jóvenes en la disco, y un fuerte abrazo a mi buen y gran amigo el Sr. Germán

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