miércoles, 25 de agosto de 2010

Reflexiones del barón

La señal a rayas, terminada en punta, señala algo más que la roca sobre la que se alza frente a una playa a las orillas de un río. Un océano se asoma al fondo mostrando la espuma conque rompen sus olas en las rocas de la costa abierta al mar. Y en este remanso todavía fluvial se respira la calma y el sosiego del agua fría pero tranquila. Al otro lado de la barra de arena no hay playa. Sólo hay piedras lamidas y castigadas por el Atlántico bravío y encrespado que las azota sin piedad como un amo cabreado. Y los nacidos en sus riberas, fieles y apasionados, soportamos su despotismo adorándolo como esclavos de su poder

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