Hoy quiero pensar que todo es inmutable como el mar. Que aunque renueva sus aguas nada cambia en su aspecto y siempre permanece sobre todo y contra nosotros, que somos quienes más intentamos perjudicarlo. Y deseo soñar que la vida no me ha dado desengaños y son más las alegrías que las tristezas. Y lo que puede ser cierto es que el mayor daño nos lo causamos nosotros mismos sin necesidad que otros lo intenten
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