Como el molusco o la lapa se pega a la roca a la orilla del mar, se une un alma dependiente con otra que le da la energía vital de su existencia. Una simbiosis necesaria, fruto del calor y la atracción de dos cuerpos que se arriman hasta juntarse y fundirse en uno solo. El del ser dominante, como la roca, es el fuerte y quien sostiene al otro y le deja que se desarrolle a su costa. Y así puede respirar y alimentarse y hasta crecer. Pero si otra fuerza extraña lo despega o el mismo mar lo arrebata soltándolo de su sujeción, entonces lentamente se muere y se seca al sol tirado sobre la arena de la playa. Para ese ente no hay salvación sin la piedra que lo mantenía a flote
Son palabras dolorosas de leer cuando estás triste...
ResponderEliminarCuando la tristeza está en nosotros todo resulta doloroso y nos angustia cualquier cosa que traiga recuerdos que quisiéramos olvidar
ResponderEliminarSin esa roca que me sostiene, que me hace feliz, que me mima y que me tortura.
ResponderEliminarque seria....una sirena naufraga a la deriva.
Ya no podria estar sin esa roca...
besos de una kajira...
Nadie podría estar sin la roca que nos ayuda a sobrevivir de una forma u otra. Besos
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