domingo, 12 de septiembre de 2010

Reflexiones del barón

Tiene edad para arriesgar su vida y trabajar duro arrancando mineral bajo la tierra, pero su gesto paciente en una cara de rasgos todavía adolescentes, nos dice en silencio que en su vida no hay la alegría de otros muchachos de su edad. Podemos pensar que hace lo que le gusta, mas no sería cierto. Es la necesidad la que le empuja a bajar a la mina y ganar un jornal, nunca mejor dicho, con el sudor de su frente. Trabajo honrado y penoso para hombres fuertes que no se rinden al cansancio ni al dolor. Y a veces, tampoco a la soledad de un posible aislamiento ni al riesgo de la tragedia. Mi homenaje al minero o a cualquier otro protagonista de un oficio tan recio

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