lunes, 10 de octubre de 2011

Reflexiones del barón


Cuantas veces habrán dicho los hombres “quién pudiera volar”. Y hoy se puede hacerlo pero no como los pájaros. No les hace falta ningún artilugio para remontar el vuelo y surcar el cielo. Ellos tienen alas. Alas de verdad cubiertas de plumas. Las aves si pueden volar por si mismas y eso nosotros, los poderosos seres que pretendemos dominar la naturaleza, no podemos lograrlo sino usamos artefactos más o menos sofisticados y potentes para despegar los pies del suelo. A no ser que volemos con lo único que quizás nos haga superiores a los demás habitantes de la tierra. Que dejemos volar la imaginación y creemos otro universo ingrávido y sutil donde cualquier cosa es posible y ahí sólo haya pasión y delirio. Que perdamos la nación del tiempo y del espacio y no sintamos el peso de nuestra carne y soltemos el lastre que nos impide ascender por encima de la nubes y dejarnos llevar por la fuerza del viento. Que solamente nos sostengan en el intenso azul de un cielo esplendoroso las manos de quien nos ama y amamos con más ardor que todo lo que dejamos abajo

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