Cautivo y encerrado, así lo tienen aunque parece libre si no ves las cercas que lo circundan. Y tú, que como él naciste libre, sin rejas ni cadenas visibles eres tan cautivo como esa fiera hermosa y feroz. Pero tus ataduras están en el corazón y eres esclavo de tu amor, sin que sea tu carcelero sino tu amo
Señor Andreas, quería comentar esta entrada del blog; pero solo me sale decir que soy uno de esos cautivos.
ResponderEliminarGracias por sus pensamientos que disparan tantas ideas y emociones.
No has pensado que puede ser una entrada en el tuyo lo que inspire este pensamiento?
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