domingo, 1 de septiembre de 2013

Reflexiones del barón


Fue Locura o simple ensoñación de un romántico esas altivas piedras que se aparecen ante los ojos admirados de quien contempla Neuschwanstein. Nueva piedra del cisne significa su nombre y quién podría asegurar ahora si tan sólo fue el delirio épico de un hombre anclado en otros tiempos ya pasados y deseoso de rememorar hazañas de aquellos seres mitológicos idealizados y ensalzados por la grandiosa música de Wagner, o simplemente el caprichoso deseo de un rey que sirvió para que la mano inspirada del arte y el trabajo de muchos hombres erigiesen en un fascinante entorno tal sinfonía arquitectónica que nos invita a fantasear con hadas y dragones. Sea como fuere, Baviera se benefició al construirlo y todos nos deleitamos al visitarlo

4 comentarios:

  1. Que belleza!!!! gracias Maestro, no lo conocía ahora me pongo a investigar, usted siempre despierta mi curiosidad :D

    Besotessssssss
    eli{ACH}

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  2. El rey Luis II de Baviera es la clave. Dijeron que estaba loco pero en realidad lo único que deseaba era ser feliz en un mundo que consideraba heroico y no le tocó vivir.
    Besos

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  3. Fabuloso escenario donde imagino se materializaron las fantasías de un hombre excepcionalmete sensible y poderoso. Sensibilidad e imaginación no te faltan a ti querido amigo como sentir las vibraciones de ese romántico entorno. Qué impresión te han causado las estancias del interior del castillo?
    Un fuerte abrazo de mi parte y besos de stephan y ayax.
    A propósito ayax ha conseguido una versión integral (4hs) del film de Visconti Ludwig que iremos viendo por partes.
    Otro abrazo. Germán

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  4. Querido amigo, todo el castillo es una fantasía que recrea la idea romántica de un tiempo ya pasado de héroes mitológicos y caballeros esforzados en hazañas quiméricas. Luis II intentó detener la historia en un medievo idílico y totalmente irreal e imposible. El diseño se inspiró en uno de los castillos medievales más famoso de Alemania y al recorrer sus estancias, sobre todo el salón del trono, espacio que el rey no quería que ningún extraño lo pisase, imaginas que en cualquier momento te saldrán al paso Sigfrido o Lohengrin (el caballero del cisne, ave y simbología representada varias veces en la decoración del edificio y sus habitaciones) o cualquier otro de los personajes wagnerianos. El controvertido rey, tildado de loco sin serlo, no llegó a ver terminada la obra, pero quiso dirigir su construcción personalmente y allí vivió y sufrió intensas pasiones y amores en el marco de ese gran escenario pensado para representar el gran teatro de su propia vida.
    La impresión que sentí al recorrer esas salas recargadas con pesados muebles y cortinajes adornados de oropeles con brillos de oro y plata, fue la de revivir una aventura única y propia de un ser dotado con un don especialísimo para apreciar y amar la belleza de otros seres, así como de la naturaleza, la poesía y la música. Fue un hombre bello y sus amantes más hermosos aún. Y cuanto rodeaba su persona debía estar en consonancia con esa idea estética que rigió los actos de una vida corta e intensa que acabaría sumergida en un precioso lago de aguas tranquilas y transparentes.
    Esa película os gustará y estoy seguro que la disfrutareis de la mejor manera que puede hacerse. Tú bien sabes cual es.
    Muchos besos para los dos muchachos y un abrazo especial para ti

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