sábado, 27 de julio de 2013

Reflexiones del barón


La tierra se ha estremecido y el mar la sosiega. Nada puede ser lo mismo tras un gran dolor y la tristeza vuelve gris a las aguas que reflejan el sentir de un cielo cargado de pena por esas gentes que sufren mirando su calma. Como en un espejo de plata queremos mirarnos en ellas y nos devuelven su imagen más bella y serena para apaciguar nuestra rabia y absorber las lágrimas que no podemos contener al mirarlas. Se viste de luz y es tan brillante que deslumbra la vista y adormece el sentido avivando los sueños. Sueños de vida y sobre todo de esperanza. Deseos de felicidad y ansias de amar. La mar nos devuelve esa tranquilidad que nos arrebata el miedo y la inseguridad de un mañana siempre incierto, dándonos la fuerza necesaria para no desesperar. Qué seria de mi tierra sin su mar!. Qué sería de nosotras sin la sal y la fuerza de sus aguas!

2 comentarios:

  1. Maestro, según dicen los estudiosos en el mar apareció en primer ser vivo del planeta; el plasma marino tiene la misma identidad física, química y fisiológica que nuestro plasma. Salado como saladas son las lágrimas que a veces derramamos con dolor y otras veces son fruto de un gran gozo. Deseo que encuentre consuelo y reparo en las olas que besan su tierra, y que son efímeras y al mismo tiempo eternas.
    Besos

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  2. El consuelo siempre lo encontramos en la naturaleza que nos rodea y principalmente en ese rumor salado que viene del mar y nos recuerda que somos parte de sus aguas, como tú bien dices. Pero también nos consuelan los sentimientos de personas afines y queridas y esas palabras que brotan de sus almas para mezclarse ya sea con nuestras penas como con las alegrías que deseamos compartir con ellas. Y si alguien sabe entender el mar y la paz que nos sosiega al mirarlo desde su ribera eres tú, amigo mío. Besos

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