domingo, 10 de abril de 2011

Reflexiones del barón

Una pompa de jabón voló hacia el cielo y se perdió en la noche al ascender y alejarse de nosotros, que, como bobos, la mirábamos tomar altura sin estallar y solamente iluminada por la luz de las farolas; pues esa noche no quiso dejarse ver la luna oculta tras un telón de nubes espesas. La coqueta luna no se dejó ver ni nos iluminó con su resplandor, pero sí salió al encuentro del sol cuando nuevamente vio llegar la mañana. Qué baile se gastan esa pareja!. Dura tan poco que deben quedarse con las ganas de verse más tiempo y poder arrimarse, sobre todo él, que seguramente anhela estrecharla entres sus ardientes rayos. Pero seguramente si lo hiciera la abrasaría, ya que quema cuanto toca y calcina si insiste en apretarlo con fuerza. Es un amante que consume a su pareja, pero en tan sólo un segundo la hace feliz y al amanecer del día siguiente vuelve ella a esperarlo otra vez. Y que amado no espera a su amante y se entrega a él sin miedo a perecer en sus brazos?. Que ser enamorado no confía en esos brazos que lo estrujan para poseerlo y sentirse amado por ese otro ser que lo domina?. Cómo no va a esperar la luna al sol sin miedo a consumirse en un único beso de amor?. Así es como se ansía la caricia o el beso o el agudo dolor que a veces puede causar el delirio entre dos seres que se buscan y se desean. Y como una pompa de jabón se elevarán en el éter de un cielo resplandeciente de gozosas sensaciones al juntarse sus cuerpos uniéndose para fundirse sin más reservas que el disfrute de su pasión   

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