Un salto en el aire. Un vuelo ingrávido es necesario para vencer barreras y remontar los convencionalismos estúpidos que lastran el pensamiento. Deja atrás lo que no te gusta o no es tu inclinación verdadera y se natural en tu comportamiento para no sufrir ni hacer desdichadas a otras personas. Por tu comodidad o tu miedo no castres ni tu vida ni hagas que otras se realicen a medias. No dejes que se ajen tus cualidades, ahogadas en prejuicios impuestos, y caigan marchitos y oliendo a hipocresía tus pobres valores como pétalos de una rosa que agoniza, a veces por falta de luz y de agua y otras, anegadas en ella o quemada por el sol. Por un exceso de calor puedes abrasarte y salir mal parado de una pasión auténtica, bien gozada en tu carne y tu alma. Pero al menos habrás sido un ser dichoso al sentir ese delirio que lleva a la locura más radical. A la cúspide de la realización y del placer. Y al estar allí, o incluso cuando te bajen y puede que hasta te des un batacazo contra la realidad del suelo. Podrás decir que has vivido y oído el canto de la felicidad. Y ese recuerdo será duradero y una música sutil e imperceptible colmará tu soledad cuando de tus lozanos pétalos ya no quede ni el recuerdo. Todo pasa menos aquello que nos hizo libres y auténticos
A veces parece q me hablara solo a mi Maestro, tal la magnitud de sus palabras.
ResponderEliminarUn abrazo enorme!
Eli
En cierto modo nos parecemos y por eso al hablar nos entendemos los dos, así como otros nos comprenden también. Besos
ResponderEliminarEsos momentos de locura son los que dan sentido a nuestra vida.
ResponderEliminarAndreas no voy a ser original porque voy a citar a Rita Lee, más precisamente a su tema Balada del loco:
"Juro que es mejor no ser un normal, si puedo pensar que Dios soy yo. Soy muy loca, no me voy a curar. Más loco es quien así me llama y no es feliz, yo soy feliz"
Besos
Qué razón tiene Rita Lee. Besos
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