sábado, 29 de octubre de 2011

Reflexiones del barón


Parece un simple pedrusco en medio del agua y no es más que un viejo pontón arruinado y dejado de lado en un baño de sal que no tiene fin. El sol, el aire, la salitre, todos lo han ido curtiendo y se hizo algo esencial en ese entorno que en otro tiempo vio su utilidad. Pero no está tan solo ni es inservible, pues aún lo usan algunos seres como los oscuros y estéticos cormoranes para reposar de sus picados de pesca o los largos vuelos impulsados por sus costumbres ancestrales, o instinto, si así preferimos llamarlas. Otros, bajo la superficie, se aferran a su áspera piel de granito para mantenerse firmes y no sucumbir al vaivén de las olas y las corrientes. Y quién no necesita un asidero que lo ampare y proteja de los avatares de su propia existencia. Quién no busca un cobijo en otro pecho y y desea el calor de otros brazos. Quienes lo encuentran son dichosos y nada puede suplir ese gozo

4 comentarios:

  1. Al leer sus palabras estaba pensando justamente en lo que dice hacia el final... esos mojones que encontramos a lo largo de nuestra vida, que nos sostienen y nos ayudan a estabilizarnos cuando la marea nos golpea sin piedad... a veces las olas se tranquilizan, el mar se hace calmo y nos soltamos de ese asidero pero siempre guardan un lugar en nuestro corazón.
    Besotes Maestro!

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  2. Esos mojones son tan necesarios para vivir como la misma sangre que circula por las venas y por eso se quedan en el corazón. Besos, amiga mía

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  3. Las ideas de los hombres sabios y la música de las palabras de los poetas son mojones para el corazón intranquilo.
    Muchas veces he encontrado cobijo por aquí, en su talento y en su experiencia querido Maestro.
    Besos

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  4. Y yo también logro asilo para la destemplanza en tus sentimientos y en los de esos pocos a quien considero mis verdaderos amigos, pues al acogernos a otro le servimos a ese ser de asidero para ayudarle a mantenerse firme y que su ánimo no se tambalee ante la furia del viento. Todos somos criaturas necesitadas de amor y esa circunstancia hace que saciemos también la necesidad de quien nos ama y desea tanto como nosotros. Las palabras y la música si son poesía son amor y en consecuencia el alimento que nos da fuerzas para amarrarnos a la vida con uñas y dientes. Besos, mi querido amigo

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