domingo, 19 de junio de 2011

Reflexiones del barón

Ciudad tan hermosa como antigua, pues una bella dama nunca es vieja aunque el paso de los años saqué a luz su decadencia y aflore ya cierto abandono en el aspecto. Roma, la pía y la mundana, tan santa como cortesana en otros tiempos y frívola y libertina con ansias de una vida dulce casi ayer, pero siempre deseada y pretendida por quienes la conocen o la sueñan. 



Cuna de un imperio y señora de un mundo diverso, que sin dejar de ser múltiple en muchos aspectos, culturas, pueblos y razas, supo unirlos en una misma civilización, sin olvidar el origen de sus gentes ni acabar con sus costumbres y mitos. Guarda aún parte del esplendor de su pasada hegemonía y mantiene el lustre de un nuevo estatus capitalino que la volvió a hacer poderosa contra quienes quisieron usurpar su dominio y privilegio de ser el centro de un poder que movió a su antojo el universo. 


Más que nada gusta especialmente ese barrio al otro lado del Tíber, que ardió hace muchos siglos para que un hombre megalómano y caprichoso pudiese edificar una ciudad nueva sin la miseria del suburbio; y que tan sólo construyó un gran palacio para ensalzar su propia gloria. Y la misma historia castigó su vanidad destruyendo esa domus áurea en cuyo lago se levantó más tarde un anfiteatro monumental que también vio su paulatino deterioro esa ciudad eterna. 





Ella, Roma, sabe resistir elegante y altiva los embates de la historia y renacer de nuevo con renovada juventud. Me siento a gusto en la serena o ruidosa Roma. Siento el abrazo de esa inveterada ciudad de la maternal loba que amamanta sin descanso a todos los que se cobijan bajos sus generosas ubres    

2 comentarios:

  1. Maestro, está en Roma? Que bien lo cuenta! me gustaría conocer esa ciudad.
    Besos

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  2. No estoy en Roma, pero la he visitado más de una vez y mi último viaje a esa preciosa ciudad aún está bastante fresco. Estoy seguro que te encantará conocería y espero que te lleven pronto para que disfrutes con sus monumentos, sus calles, sus barrios, sus gentes y con los escaparates de la famosa calle de la moda y el ambientillo de la Plaza de España de la que parte esa singular vía donde el glamour es la norma de conducta. Conozco varias ciudades de ese país pero Roma me tira especialmente. Besos

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