lunes, 6 de diciembre de 2010

Quiero trasmitir entre mis pensamientos y reflexiones, adjuntando unos sonetos que el artista escribió dedicados a ese muchacho, cuyo dibujo con su rostro también añado a esta página, lo que he leído en unos apuntes biográficos de Miguel Angel Buonarroti. Y es lo siguiente
"No es nuevo que Miguel Ángel durante su larga vida amó a varios muchachos, en especial a uno que lo acompañaría durante toda su vida y hasta el final de sus días.




Pero de todos ellos, el nombre que resalta por encima, es el del noble de sentimientos: Tomasso Cavalieri.
A Tomasso lo conoció Miguel Ángel a finales de 1532, cuando Tomasso tenía 17 años y Miguel Ángel 57 y la amistad se fue dando entre ellos de manera paulatina, pasando de lo espiritual a lo carnal y viceversa"

Soneto XIV: Si el deseo inmortal que alza y modera
los demás pensamientos, aflorase los míos,
quizá a quien en la casa de Amor despiadado
reina, tornarle podría en apiadado.
Mas pues que el alma por ley divina
mucho vive, y el cuerpo muere en breve,
no puede el sentido su alabanza o valor
describir del todo, si del todo no entiende.
Entonces, ¡ay de mí!, ¿cómo será entendido
el casto deseo que al corazón enciende,
por quienes siempre a sí en los demás se ven?
Mi jornada mejor no me es posible
con mi señor que atiende a las mentiras,
pues diciendo verdad, es embustero quien no cree.

Soneto  XVII: Si yo hubiera creído a la primer mirada 
al cálido sol de esta fénix alma 
por fuego renovarme, como acostumbra ella 
en la vejez extrema, en el que entero ardo, 
cual velocísimo ciervo, lince o leopardo 
sigue su bien y del dolor escapa, 
a los actos, sonrisas y honestas palabras 
corriendo habría ido, mas soy presto tarde. 
¿Pero porqué dolerme, si veo 
en los ojos de este ángel único y contento 
mi paz, mi reposo y mi entera salud? 
Peor hubiera sido -quizá- primeramente 
verlo y oírlo, que ahora con igual vuelo 
consigo me arrastra a seguir su virtud. 
Soneto XVIII: Solo con fuego el herrero el hierro extiende 
por hacer su trabajo igual a su concepto, 
ni sin fuego artista alguno el oro 
al sumo grado lo refina y vuelve; 
ni el singular fénix se rehace 
si no ardió primero; por lo que, si ardiendo muero, 
espero más claro resurgir entre aquellos 
a quienes muerte enaltece y no ofende el tiempo. 
Del fuego que hablo me es gran ventura 
aún para renovarme en mí tenerlo, 
contándome ya casi entre los muertos. 
O bien, si al cielo asciende por natura, 
a su elemento, y estoy convertido en fuego 
¿cómo ocurrirá que consigo no me suba?


Soneto XIX: Tan amigo a la fría piedra le es su fuego interno 
que, si con un golpe, la circunscribe, 
aunque la queme y despedace, aún vive 
uniendo con ello otras para lugar duradero. 
Y si resiste en la hornaza, vence al estío 
o al invierno, y alcanza mayor valor que 
antes, como purgada entre las altas y divinas 
almas que al cielo volviese del infierno. 
Librado de mí, si me disuelve el fuego, 
que dentro me es como un juego oculto, 
ardo y me apago y aún puedo vivir mucho. 
Entonces, si vivo hecho humo y polvo, 
eterno bien seré, si me endurezco al fuego; 
y quien me golpea no es hierro sino oro.

4 comentarios:

  1. Q belleza! gracias por hacerme descubrir nuevos costados!
    Besos
    ELi

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  2. Así puede ser un amor apasionado. Besos

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  3. Pasion y amor que rompen barreras, que borran límites. Muchas gracias Andreas

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  4. A vosotros por prestar atención a esta página

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