lunes, 14 de junio de 2010

Reflexiones del barón

Todo se compra y se vende como en un mercado. Y también la dignidad y la honestidad de las personas. Y los cuerpos también son mercancía para tratantes organizados, pero los hay que se ponen en venta autónomamente, sin necesidad de intermediarios. Sin embargo, el peor comercio es de voluntades, que encima presumen que son libres. Yo me quedo con quien entrega su libertad porque le sale del corazón, porque, aún siendo humillado, seguirá siendo digno y respetado por aquél al que ama



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