lunes, 22 de marzo de 2010

Reflexión









En mis relatos se habla de sexo entre hombres y puede que alguien no vena más que eso, sin percatarse del fondo de la cuestión y lo que subyace dentro de la historia y en sus personajes.





Sería como si al ver una planta y da igual cual sea su especie o tamaño, sólo admirásemos sus flores. En unas son multicolores, otras de tonos brillantes, casi siempre atractivas, dependiendo de como realice la planta su reproducción, y algunas tiene aromas agradables o son inodoras, humildes e incluso insignificantes. Pero todas cumplen su misión y su hermosura no puede ocultar la belleza de la planta, de cuya rama brota la flor, que a su vez sale del tronco, por el cual corre la savia y se enraíza en la tierra de la que se nutre y alimenta y hasta adquiere las tonalidades de los pétalos en su floración. Como pasa con las hortensias, por ejemplo.

Pues los animales se reproducen por el sexo. Y la especie humana es la única que puede convertir un acto tan natural y no sólo necesario para su supervivencia, sino también importante para su desarrollo y el equilibrio mental y enriquecimiento espiritual de la persona, ya que la sensibilidad de su alma, su imaginación y el refinamiento de la cultura pueden elevarlo a la categoría de un arte, o transformarlo en un acto execrable, brutal, despreciable y tan vil como sea capaz de idear la crueldad de quien lo realiza. Las llamadas perversidades no son malos en si mismas, sino en la mentalidad del que las pergeña por el sólo interés de causar el mal a otro ser. El amor y el sufrimiento cabalgan juntos casi siempre. Y el placer y el dolor, cuando su causa es el amor, se confunden y se disfrutan tan intensamente al mismo tiempo, que sería imposible separar o diferenciar donde empieza una u otra cosa. Toda sensación sentida entre los amantes es puro éxtasis y deleite supremo, aunque a otros ojos parezca perverso o atroz.

Por eso, creo, que si en un relato sólo se aprecia lo que haya de morboso o de sexo tanto sea insinuado como explícito, es como el que únicamente ve la flor y no el árbol, ni lo que puede crear esa preciosa obra de la naturaleza. O también puede ser que lo que se escribe no tenga más que sexo sin más intención que hacer pura pornografía. Y espero que ese no sea el caso de mis historias.

Y gracias por vuestra paciencia y atención.

Andreas

2 comentarios:

  1. Un buen simil ahora que ha entrado la primavera...

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  2. Justo en el tiempo donde todo renace y florece, aunque para el amor y los sentimientos cualquier época del año son buenos. Pero la planta tiene un bello elemento para reproducirse y la mujer y el hombre también, puesto que además les sirve para amarse y darse placer de mil formas y maneras.

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